La actividad en el puerto de Rosario se retomaba lentamente este martes luego de cuarenta días de conflicto laboral, y tras la intervención de personal policial que liberó el ingreso a la terminal, bloqueada por trabajadores despedidos.
La operatoria comenzaba a normalizarse con la descarga de contenedores, dando prioridad a los insumos reclamados por un grupo de Pymes que estaban al borde de paralizar su producción.
Durante la mañana la presencia de agentes policiales permitió que un grupo de estibadores ingresen a la Terminal Puerto Rosario (TUP) para realizar sus tareas. El lunes había sucedido lo mismo, pero sólo con personal administrativo.
Las fuerzas de seguridad no sólo liberaron el portón de entrada de TUP. Además, dispersaron con gases lacrimógenos y balas de goma un corte sobre la avenida Circunvalación, a metros del ingreso a la terminal.
Los manifestantes denunciaron que la policía reprimió la protesta, aun cuando en el lugar había familias y niños acompañando a los operarios.
El lunes, durante la protesta que encabezan desde hace semanas cinco empleados despedidos, fueron detenidas tres de las personas que bloqueaban el ingreso al puerto.
El conflicto se inició a principios de diciembre. Tras semanas de reclamos salariales fueron despedidos 25 trabajadores. Luego de semanas de negociación, el lunes 9 se firmó un acuerdo en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación que fue aceptado por la conducción del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUP) y representantes de TUP, una sociedad integrada por las firmas Vicentin y la chilena Ultramar.
El convenio sellaba la reincorporación de veinte de los veinticinco despedidos. Además, cerraba aumentos salariales del 90% con cláusula de revisión y el pago de los días de huelga.
La salida del conflicto fue rechazada por los cinco estibadores que no fueron incluidos en el acuerdo –se acordó para ellos el pago de una indemnización– y por un sector de los trabajadores portuarios, lo que evidenció una fractura sindical.
La Unión Industrial Argentina (UIA) había advertido semanas atrás que eran unos mil los contenedores que estaban varados sin poder despacharse en la terminal de Rosario. Desde Pymes hasta firmas como la automotriz General Motors aguardaban una solución al conflicto que, de extenderse aún más, podía obligarlos a detener sus producciones.
Hasta el Arzobispado de Rosario, al advertir que el problema escalaba, prometió involucrarse para buscar una salida.
El ministerio de Trabajo solicitó al Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro) que elabore un detalle para determinar el alcance de las millonarias pérdidas que provocó el conflicto.
Fuente: CLARÍN