Diseñó un triciclo para recicladores urbanos con el que busca rescatar a los caballos: “El futuro es a pedal”

En Latinoamérica, se producen más de 200 millones de toneladas de basura por año, de los cuales sólo se recicla el 5%, así lo informó un estudio publicado por Latitud R, un proyecto que busca transformar la gestión de residuos.

En ese proceso, los recuperadores urbanos ocupan un papel fundamental para evitar el empeoramiento del cambio climático, ya que forman parte del reciclaje inclusivo, una estrategia de triple impacto en lo social, económico y ambiental. De esta manera, su objetivo no sólo busca resolver la exclusión social sino también convertir los desechos en materias primas para todo tipo de industrias.

En Argentina, se estima que hay 150.000 “cartoneros”, de los cuales la mayoría trabajan en condiciones precarias como carritos improvisados que son empujados por ellos mismos o por caballos. Fue en ese contexto que, hace cinco años, a Juan Ignacio Guajardo se le ocurrió una idea que buscaría mejorar la rutina diaria del trabajo, aportaría a reducir la huella de carbono y liberaría a los equinos de una tortura constante: crear un triciclo sustentable.

“El diseño es una herramienta de cambio”, dice el fundador de Torky, el emprendimiento con el que busca comercializar el innovador medio de transporte. El modelo se trata de una especie de triciclo con un espacio en la parte trasera para colocar un bolsón para transportar la basura. De esta manera, sólo hay que pedalear para impulsar el movimiento del mismo.

Egresado de la Universidad de Buenos Aires como diseñador industrial, Juan Ignacio se considera “fanático de los fierros” desde chico. Hace un tiempo, arrancó un viaje a Europa en busca de ideas sustentables para traer a nuestro país. Allá, se encontró con que los vehículos que se utilizaban para la logística pesaban menos que la carga que podían transportar.

“Ahí empecé a comparar la eficiencia de un auto versus una bici hasta que identifiqué que el promedio de peso transportado es de 1,3 personas (100 kg) y pesa 1000 kilos en promedio. Mientras que una bicicleta pesa 15 kilos y puede llevar 10 veces su propio peso”, explicó Guajardo en diálogo con TN.

Con dicho descubrimiento, se enfocó exclusivamente en el proyecto que vino de la mano de una dura realidad que vio en las calles de Argentina: “Comencé a cruzarme con recicladores urbanos que tiraban a pie de carros pesados y pensé: ‘Los recicladores tienen que moverse a pedal’”.

Recientemente, un tweet que Juan Ignacio publicó en X se hizo viral y los triciclos fueron el centro de la conversación: “Hace 5 años nos decían: para qué te pones a diseñar algo para los cartoneros, nadie te va a comprar… Ya van 280 y contando”.

Además de buscar una solución sustentable en los medios de transporte que se utilizan en el oficio, Guajardo también asegura que su objetivo es erradicar la tracción a caballo. Por esta razón, trabaja junto a “Cambio de huella”, una ONG de Quilmes que se dedica a transformar la realidad laboral de los recicladores para eliminar la modalidad de acarreo mediante equinos.

Con respecto a la entrega de los vehículos, Juan Ignacio explicó que también impulsa su proyecto en diferentes puntos del país e incentiva el compromiso de las empresas con el medio ambiente. “El futuro del reciclaje es a pedal”, expresó a través de sus redes sociales.

El rol de los “cartoneros” en la lucha contra la crisis climática
Según el informe de Latitud R, publicado a fines del año pasado, solo el 2% de las ciudades de Latinoamérica y el Caribe cuenta con programas formales de reciclaje. En este sentido, desde la organización, se propusieron desarrollar una herramienta para medir la huella de carbono de la organización de los recicladores.

El estudio se realizó junto a seis organizaciones de “cartoneros” pertenecientes a Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, donde descubrieron que por cada tonelada de gases de efecto invernadero que emiten las industrias con su actividad, el desarrollo del oficio evita la emisión de 200 toneladas de dichos gases.

En este contexto, con el correr de los años, Guajardo logró impactar en la vida de varias familias que se dedican al reciclaje gracias a su emprendimiento. “El eco Torky (el nombre con el que bautizó al triciclo) no solo aumenta hasta por tres el volumen de material que recolectan por día comparado con la tracción a pie, sino que mejora las condiciones de trabajo”, enfatizó.

“Lo más importante para nosotros, es que genera empatía entre vecinos y recicladores. Esto también aumenta la cantidad de gente que separa sus residuos”, cerró.

Fuente: TN